HOY: SARS 2 o -COVID 19-

El Coronavirus COVID 19 se está empezando a considerar como la moderna “Plaga del s XXI”. No es para menos, dados los números de casos que contamos y el elevado número de muertes que se le atribuyen.

Hay indicios que hacen pensar, que el virus lleva presente en España desde finales de noviembre de 2019. Hemos observado muchos casos de “gripes intensas y afectaciones pulmonares atípicas” entre diciembre 2019 y febrero 2020. No fue hasta la elevación estadística de la tasa de muertes, 4 a 5 veces por encima del valor máximo permitido a mediados de marzo 2020, hasta que se hizo oficial la amenaza.

En la actualidad, la prensa nos hace creer que sería imposible controlar la pandemia, a menos que nos vacunemos todos. Sin embargo se sabe, que la eficacia de las “buenas” vacunas contra la gripe ronda en 45-50%, tanto en la prevención contra el contagio como en la minorización de los efectos. Todavía estamos bastante lejos de tener “buenas” vacunas comparables con la seguridad y eficacia de la gripe estacional. Al igual que ella, dicho virus muta, y lo hace a una velocidad, que cabe plantearse que sentido tiene, y contra que cepa nos vamos a vacunar. Claro está, que la ciencia lo sabe, y pretende aplicar una vacuna que “se adapte y mute” en la misma persona con la misma facilidad que lo haría el virus. Pero desgraciadamente, esta vacuna “inteligente” produce distintos tipos de nuevos problemas, por lo que no parece que éste será el mejor camino.

Curiosamente, el sistema inmune, se sabe que depende fuertemente del estado de ánimo, de la nutrición, del estado saludable en el que nos movemos, aire, agua, ejercicio, evitar comidas prefabricadas, en breve, todo lo que los médicos nos esforzamos en dar a entender que debemos de hacer. Pero el estilo de vida “Post COVID” se encuentra lejos de ese estilo de vida. ¿Quién no se estresa ante la situación laboral, el futuro económico, las tiendas y gastronomía cerrados, o nuestra pobre Comunidad Valenciana, históricamente tierra de buen vivir, turismo y alegría, venida a una situación de “guerra permanente”? Sin duda, no vamos por buen camino para defendernos del COVID.

¿Por qué hay tanto revuelo sobre este virus?

No conocemos los detalles, y ha irrumpido con enorme agresividad y capacidad de infección. Provoca graves problemas sanitarios en la estructura sanitaria y sigue siendo mortal. Es cierto, que en España mueren entre 3 y 5 veces más personas de cáncer cada año que de COVID, sin hablar de las muertes por otras causas. Pero solamente vemos las muertes atribuidas al virus

¿Por qué seguimos llevando mascarillas, si lo que tiene que pasar es que todos nos inmunizemos contra él de forma natural?

Básicamente, porque si nos infecásemos todos a la vez, sería un caos sanitario.

¿Por qué seguimos con medidas de alarma, si existe una vacuna?

Como he dicho arriba, da vacuna, aún en el mejor de los casos, puede reducir incidencia y enfermedad en un 50%, hablando estadísticamente. Ante el gran numero de personas posiblemente afectadas, esta reducción seguiría siendo insuficiente, y se podría crear la misma situación de insuficiencia sanitaria que sin la vacuna.

¿Por qué no tenemos medicación contra los virus?

Los virus son elementos considerados entre la “materia viva y muerta”, es decir, no tienen un metabolismo regulado y constante como nosotros. Por eso no se puede hacer nada contra ellos

¿Entonces no podemos combatir contra los virus?

Si que podemos! No solamente gracias al sistema inmune, también con medidas fitosanitarias y biológicas, que se han aplicado desde que la humanidad existe. Convivimos con los virus desde antes de ser humanos! Muchas plantas tienen componentes que matan a los virus, hay muchos componentes en la naturaleza que refuerzan nuestras defensas: desde minerales como el Zinc, hasta las Vitaminas, como el C, pero también la D y otras. Hay muchas sustancias biológicas muy activas frente al virus, como hierbas aromáticas en fumigación (sin efectos negativos sobre las mucosas de los humanos) o sustancias repelentes también formuladas a partir de plantas.
Hay un sinfín de productos naturales que combaten a los virus, muchísimos más que productos de la medicina universitaria. Hay extractos, homeopáticos, alimentos, infusiones, y numerosoas medidas más para hacerle al virus la entrada a nuestro cuerpo más difícil.
Hay varias mezclas de sustancias ultradiluidas, como el Aconitum, la Bryonia, el Kalium iodatum o el Arsénico, en potencias elevadas, que hacen desaparecer rápidamente los síntomas de la enfermedad.